La forma de libertad más importante es ser lo que se es en realidad. Sacrificamos nuestra libertad por un papel y nuestros sentidos por un acto. Se abandona la habilidad de sentir, y a cambio se coloca uno una máscara. JIM MORRISON

sábado, 14 de noviembre de 2009

Recordando el Rock Dimensional

Eran las diez de la noche del miércoles 20 de marzo cuando salí del trabajo a juntarme con un grupo de amigos que había conocido en AnivelDe.com. El lugar 8 Puertas, el espectáculo Rock Dimensional, La banda Auro & CLEMT.

Llegué a la barra y pedí una pequeña. Un moreno de camiseta naranja me atendió con rapidez y cortesía. Algunos de mis compañeros también pidieron cerveza mientras que otros optaron por tomar Brugal Añejo con Coca-Cola. Auro tomó el micrófono y saludó al público, ósea a nosotros, que casi llenamos el pequeño patio de 8 puertas.

— ¡Buenas noches hermanos! Sean todos bienvenidos al Rock Dimensional. Esta noche las estrellas y el cosmos se regocijan por nuestra presencia, formando así lo que es esta Fraternidad Cósmica. Esta canción se titula “Tú lo quisiste así”.

Y seguido empezó el sonido de los instrumentos de CLEMT, la banda formada por DaFurio en el bajo, Jhonny Ozma en guitarra, Lingo en la batería y Auro Sonico en la voz. Auro era un colombiano, que seguro metía más coca que el diablo, recuerdo que pensé al verlo tan “rápido” y hablando sobre el aura, el cosmos, la hierba buena, la llama de no se que cosa y quien sabe que más vainas de esas extrañas. El tipo era un loco haciendo movimientos círquenses, parecía pájaro con ese estilo tan gay, me acordaba a Freddy Mercury, todo un showman. Cantaba bien y la música era buena pero no me interesaba mucho su filosofía y ese espectáculo mariconil, no era para tomármelo en serio al igual que muchos de los que estaban esa noche en 8 Puertas. Pasaban las canciones y yo hablaba con Master y Bigotezz que estaban junto a mí en primera fila, frente al escenario. Bebía mi Presidente cuando me llamó la atención el titulo de la próxima canción a interpretar.

—Esta canción es de un excelente rockero argentino como pocos quedan ya, su nombre es Charly García y esta es nuestra versión de “Cerca de la revolución”. —Dijo Auro frente al micrófono y la banda comenzó a tocar.

Yo estaba a gusto porque “Cerca de la revolución” es una pieza que me encanta de ese maestro del Pop rock argentino, que es Charly García. Me encontraba cantando las letras de la canción, comenzando a disfrutar del show que nos ofrecía Auro Sonico que cantaba y bailaba en el escenario con la gracia de Jim Morrison y la energía de Mick Jagger. Auro; rubito y delgado con su corte de pelo de extranjero pariguayo y esos movimientos que le daba cierto aire gay, tenía un pantalón jean blanco, muy ajustado que dibujaba los músculos de sus delgadas piernas, un t-shirt azul cielo sin mangas mostrando un tatuaje en el hombro izquierdo de lo que parecía ser un ovalo encerrando una “W” o algo parecido. Para terminar la ficha técnica de este personaje, tenía unos tenis tan plateados como los de Ace Frehley. Terminó ‘Cerca de la revolución’ y me decepcioné cuando anunció el titulo de la siguiente canción ‘La llama violeta’ que nos trasmutará. Me hubiese gustado que siguiera la misma línea del pop rock de Charly García o algo así, al ver que regresaba con la onda cósmica me retiré a la barra, desinteresado, en busca de un Brugal Carta Dorada pues ya no me apetecía tomar cerveza. Pedí mi trago y me sirvió el mismo moreno del t-shert naranja de la otra vez, atareado pero contento por el público que asistió esa noche. Alguien me preguntó.

— ¿Y estos fumaos de donde lo sacaron?

—Quién sabrá —Respondí.

Regresé al lugar donde estaba parado justamente frente al escenario, cara a cara con Auro, y fue como si él se percatase de mi poco interés en su música y sintiera que para mí, tanto show a lo hard rock en pleno 2002 ya estaba pasado y que debería darle vergüenza tanta ‘payasada cósmica’, porque cuando levanté la vista del baso acabando de beber me encontré de frente con sus ojos brillantes que miraban directo a los míos muy cerca de mí y pude sentir su aliento cuando una su voz casi irreal como si viniera de otro mundo que existiese paralelamente junto al nuestro, dijo cantando primero lento, luego violento dentro de mi cabeza.

“Orgullo, como se engrandece tu corazón terreno

que es lo mismo que tu mente absurda.

No temas, seremos iguales allá arriba”.

Y vi a Auro de pie, frente a mí. El escenario había desaparecido al igual que toda la gente y la música, todo quedó en silencio, sólo estábamos él y yo. Auro estaba inmóvil y serio como una estatua de mármol con una mano levantada a la altura de su cabeza, señalando al cielo con su dedo índice, parecía un ángel.

—“No temas, seremos iguales allá arriba”. —Volvió a decir sin mover labio alguno y me miró como si lo hiciera por largo tiempo, pero en realidad todo pasó en segundos.

—“y acércate a tu luz” —Recitó.

De la punta de su dedo índice nació una luz igual que como nace el sol cada mañana, iluminándolo todo hasta que esa luz, cegadora, no me permitió ver nada más. De repente regresó el escenario, la música y el público. Auro seguía cantando con energía. Me quedé pasmado, zombi, un escalofrió me regresó a la realidad. Sentí que una energía recorría mi cuerpo erizándome los bellos de los brazos, y puse atención a cada frase que salía de la boca de Auro Sonico, y desde ese momento no lo volví a ver payaso, ni loco, ni drogado, ni gay. Había recibido “La Llama Violeta que transmuta”, había entendido el mensaje de amor y paz que Auro & CLEMT nos quería comunicar. Y no volví a temer.

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